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Guía de Isora 10 de Mayo de 2014
Petróleo
Casualmente, hoy mismito se celebra el Día Mundial
del Lavado de Manos (DMLM, en sus siglas inglesas,
para seguir a la moda) y mañana se presenta una propuesta
en el congreso para que las prospecciones petrolíferas
se paralicen en Canarias.

Del primer párrafo hay que decir que para lavarse las manos es indispensable el agua limpia y aquí cada vez hay menos líquido elemento extraído de pozos y galerías (casi todos los trabajadores de esta salvajada laboral se han muerto y bastantes a causa de enfermedades contraídas bajo el suelo) y mucha se consume gracias a desalar el agua marina, por ahora.

Y en cuanto a la moción de los perdedores, se verá que la mayoría aplastante (…) la tomará en consideración y la dejará sobre la mesa, aparcada hasta después de las elecciones. Opino, ojo. Dicho lo cual es conveniente recordar que las prospecciones son un ataque directo al lecho de la mar con máquinas poderosas que pueden descontrolar su infinita paciencia, entre otras consecuencias que todo isleño debe conocer y el que no se ha escondido – o escapado – tiempo ha tenido, lo que nos (…) da pie para hacer un repaso a los recuerdos de la lejana infancia cuando llegó, por ejemplo, ¡el cilindro!, un artefacto que imponía y que llegó, importado, por los alemanes bárbaros que siempre fueron buenos para la fontanería industrial que hoy siguen en el machito (y no hablo de frau Merkel) en lo tocante a motores de explosión, verbigracia.
Con decirles que el cilindro que se trajo para machacar piedras y todo lo que se pusiera por delante, que conducía un hombre serio, fumando aunque el cigarro estuviera apagado, acobardó al “mascota” que era el más fiero de la pandilla y era – como hoy -  un animal de compañía. Pues hasta ese magallote irreductible le tenía miedo al aparato que abrió carreteras, rompió empedrados y trajo un poco de modernidad jubilando la mandarria, obviamente. O, hay que citarlo, el tractor y el pica-pica, que también aplanaban una sorriba para construir un campo de golf(os) de un día para otro.

Bueeeeno, pues el petróleo puede esperar un par de meses. Aunque debería ser asunto finiquitado en Canarias porque es un disparate de consecuencias brutales para la vida en estas islas que deben su razón de ser porque todavía tenemos cierta estética y algo de equilibrio; el petróleo, si es que sale, acabará con todo. Con todo. Hasta con los bailes de magos y la cobertura, lo que será terrible. Lo sabe hasta Soria, el nuestro, pero él, el nuestro, poco le importa lo que pase acá y sus hechos lo demuestran. Así que como hay gente (…) para todo, unos estarán a favor y otros en contra, como siempre y – coma – la inmensa mayoría no sabe o no contesta. O no votan aunque les vaya la pensión o la ayuda en ello, yoooooooo, dice, mientras el cajero dispare. Y se calla.

Termino esta crónica diciendo – y mi alma la quiero pa dios – que las perforaciones en las aguas cercanas a Canarias son una prueba más de nuestra indolencia y que hará mucho daño, más de lo que se ha dicho y que el turismo se irá porque bastaría con que la prensa europea muestre un par de fotos de las plataformas para asustar a sus compatriotas que aún nos visitan. No hará falta una catástrofe ni un vertido, no, una semana de campaña bien escrita y mejor leída para que no podamos lavarnos las manos con agua limpia. Por ejemplo.

Y otro día hablaremos del burro de galería de agua, animal obediente dónde los haya. Eso será después del pleno en que otros especimenes casi tan mansos como el que citamos, voten con los ojos cerrados algo tan fundamental como el futuro de Canarias. Ni más ni menos.

Cheche Dorta