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Guía de Isora 16 de Mayo de 2014
La perforadora
Uso esta palabra porque me parece menos complicada
que “prospecciones” y que se refiere a una máquina que llegó
del extranjero para romper todo lo que se le ponía por delante,
más o menos como el “cilindro” que también fue artefacto que
llegó a dar miedo, ya que se trataba de un vehículo de fierro (…), con una rueda descomunal y manejada por un hombrito, tal vez gordo, fumando ufano allá en lo alto y que machacaba piedras como si nada.

Ya digo que los muchachos de entonces, ay, le teníamos miedo; hasta la mascota de la pandilla que era un animal y a veces hasta de compañía, no como los perros chicos de hoy.
Y el preámbulo viene a cuento por lo del petróleo. Asunto esencial para
el país (Canarias) y que poco debate tiene y nula información, a pesar de las
nuevas tecnologías, por lo que el enunciado de esta crónica es adecuado: una
multinacional de la trampa, repleta de mafiosos de cuello y corbata, va a perforar
con instrumentos colosales el fondo del mar – matarile – que rodea a las islas para ver (…) si sale el oro negro, hoy más negro que nunca. Imaginaos, que diría Soria el nuestro, el sicario estilizado que allá está dejándonos en ridículo y bajando el recibo de la luz, que allá abajo, en la sima abisal a dónde nadie ha llegado, se va a producir un maltrato al piso que nos sostiene que puede hasta poner nervioso al muy tranquilo Teide que bastante paciencia ha tenido, y al que sólo se nombra en las aburridas coplas que se emiten mal cantadas (en general) en los programas de la tele, igualmente como la de Los Sabandeños: “hay dos clases de canarios y ninguno canta en jaula”, lo que es mentira: todo el pueblo sabe que el canario, fino ojo, canta aprisionado por los barrotes y si lo sueltan se muere de hambre porque no sabe buscarse la vida sin subvenciones, y repito que es el canario fino. Hagamos un receso para recordar algo así como ¡que suerte vivir aquí! ¡Gente diez! ¡La fuerza de Canarias!....etc., frases que pasaron a la historia archipielágica de la infamia y de los nuevos ricos con escaso recorrido. De manera que la perforadora hará mucho daño.

Un ejemplo por ejemplo, valga la redundancia: si a la prensa británica, nórdica o alemana les da por hacer una breve campaña con fotos de las plataformas que se anclarán aquí cerca, con detalles de desastres que se han producido, con animalitos del señor ahogándose en lo llamado chapapote (menos la gaviota, obviamente), con las playas desiertas y oscuras, con temblores de tierra y de almas que sacan a las vírgenes en rogativas, con las desaladoras paradas y la gente haciendo cola ante las cubas de agua importada (como lo del Puerto de la Cruz multiplicado por mucho), con – todo es posible – plagas de cigarrones lanzados desde el vecino Marruecos, con la gente peleando en esos chorros recuperados por necesidad perentoria, con las banderas azules a media asta, con los futbolistas llorando porque el utillero carece del agua milagrosa para curarle la lesión del soleo, con los pirómanos recreándose en la suerte y las iglesias llenas…

Y sabemos que, de momento, dependemos del petróleo, pero debemos conocer y defender que hay otras energías que están aquí y que son el futuro. El por qué no se han puesto en marcha es una pregunta que no ha tenido respuesta hasta este momento. Y, sobre todo, que el Turismo es muy importante y se basa en nuestro clima, el paisaje, el sol y la tranquilidad. Todo eso puede perderse con la perforadora. Creo.

Termino diciendo para que quede claro que estoy totalmente en contra de que en Canarias se hagan experimentos peligrosos para buscar un petróleo que de existir ya se hubiera explotado. Marruecos es un aliado fiel de los americanos del norte, tan sensibles, y que hubiera sido una potencia petrolífera hace años. Es un rival (…) turístico y agrícola, y es ahí dónde deberíamos esforzarnos. Un buen vecino es fundamental. Y está ahí, al lado.

Pero el enemigo lo tenemos entre nosotros. Y ejemplos hubo y hay de lo que han hecho en Canarias los que ahora quieren arruinarla con la perforadora. Lo saben hasta los defensores de esta sinrazón.

Cheche Dorta