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Guía de Isora 24 de Nov. de 2014
Estoy casi a punto de dejar
lo que uno intenta
Y es que visto lo visto uno se ve casi imposibilitado
para continuar predicando (…) en el desierto que pueblan
los anacoretas o turistas que, a pesar de todo, nos visitan
en oleadas incomprensibles. Aunque sí se intuye que ya se
está haciendo daño al turismo que, de momento, nos sostiene en tiempo y forma de lo que llaman servicios que es atender caprichos de los clientes con reverencias a las cutres masas de frioleros que arriban a nuestras costas como si nada ocurriera u ocurriese.

Y ya comenzó a fraguarse el daño a esa industria con la imagen de las plataformas y, sobre todo, con el ataque – abusador y exagerado – de la Armada Española contra las lanchas de una ONG (un fallo del sistema) que perseguían llamar la atención contra un atentado a este vergel de belleza sin par, mientras los traidores guanartemes temes le reían las gracias aun tipo tan simpático como el ministro guanche, presunto o presuntuoso, que ha sido lo peor de lo peor, aunque mantiene su pelo enhiesto y su aire del que siempre tuvo posibles, ay, y mando en plaza, como sus delegados.
Es Soria, que si no fuera por la cuadrilla de adulones que tanto abundan sin que nada ni nadie pueda explicarse esa proliferación, coma, no se entendería el porqué aún el PP sigue liderando la intención de voto, a pesar de todo lo que ha pasado y la miseria que contemplan sus votantes. La lógica debería indicar que en este territorio no habría ni candidaturas de estos fachas que son herederos del franquismo que lo dejó todo atado y bien atado y a la vista está. Pueden ser criadas de cura o víctimas de la pederastia que no cesa aunque aún no se ve a un cura preso y es imposible imaginar a un obispo o superior jerárquico. Y ahora estamos como esperanzados, creyentes o no, con el argentino papa Francisco que está en plan tupamaro hasta que una monjita, gracias a dios, le lleve la tacita de mate (…) y ya se verá. Tal vez, y salvando las distancias, le pudo ocurrir – al Papa – como a Paulino que llegó tarde para darse cuenta que estaba en el sitio menos indicado y que sus compañeros le hacían las señas falsas. Un envite perdido de antemano. Como el que va ciego, no tiene cartas ni valentía para pegarse una caña. Un órdago diría el ministro presuntamente canario. Lo de Repsol es un claro ejemplo de nuestra indolencia. Incluso, ya ni clamamos aquel grito de guerra, ilegal y antiestético cuando no había blasfemias que fue pecado que trajeron los peninsulares y los isleños que hicieron la mili allá y que decía: “¡Me cago en Soria!” y que en la actualidad, estaría bastante bien para una campaña bien diseñada escatológicamente, ojo. Hoy, la gente con fe echa plagas como un dispendio paliativo ante su propia constatación de la realidad que le circunda, pero solo cita al ministro con la boca chica y mirando alrededor, por si acaso haya un pequeño Nicolás tomándose un menta-poleo o similar.

Pues a pesar de lo antedicho, leo en la muy libre prensa canaria que el ministro estuvo en el Magma de Adeje (…)  ligero de equipaje, humilde y dicharachero como él es y que declaró todo lo contrario: que la campaña de don Paulino es mala para el turismo y las cifran lo demuestran. No debe ser bueno ver lo que se ha visto para un posible cliente que ya vio en su tableta, en su móvil o en internet, las imágenes que todo el mundo que quiso pudo ver, salvo Soria y sus monaguillos (o australianos) acá.

De manera que estamos asistiendo a un cambio en nuestra manera de vivir y no hay ni uno de los periódicos que se publican aquí que hablen del abuso que supone el molestar al Teide, por ejemplo, ni que el petróleo pueda contaminar el agua que beben los de la provincia oriental, o que no se deje opinar a la gente (…), o que Soria siga ahí. Y no es raro, puesto que aún puede leerse a dos sicarios que hablan de si mismos o de sus libros (…), el último de ellos se titula “Todos los magos son del Barcelona”, o sea. Y lo llaman libertad de expresión. Como los anuncios obscenos de contactos o las esquelas abundantes. Es lo que hay y lo tenemos crudo, porque el ministro atesora todas las condiciones para triunfar que nada tienen que ver con lo que la gente, ahora, exige con la boca chica: honestidad, don de gentes, cercanía, defensa de su tierra o de su mar, humildad y otras cualidades que antes y ahora no eran buenas para ganar unas elecciones. Es decir, todo lo contrario a lo que se dice. Y por ello, va Soria al Magma y dice lo que quiere y no hay quién le diga lo que hay que decirle: que es un traidor, un vendido, un ministro fracasado, un antipático, un fachento (…) y, encima, canarión zezeante. Y más. Todo perfecto para ensayar en la otrora prensa chicharrera que, oh paradoja, hoy sólo critica a Paulino.

Y se alaba a la duquesa de Alba, que se fue tiernita y joven, ligera de equipaje. Una liberal que hizo lo que le dio la gana, pagando sus hipotecas y cuñando el paro como el pueblo llano que le despidió en Sevilla con palmas y lágrimas. Una de las nuestras. Y si no me creen pueden preguntarle a un holandés que sabe más que nosotros de las tropelías del Duque de Alba, antecesor de la difunta, a la que sí le debemos el que otra vez nos haya recordado un pequeño capítulo de la historia de la patria, grande de España una porción de veces, aunque se apellidara Fitz-James Stuart y no sé que más. Pues de ella se hicieron elegías loables en la prensa de nuestra isla. Como si nada. Y cobran por adular, olvidando ahora, precisamente ahora, que el ministro fue consejero de economía y socio del que hoy es su adversario coyuntural. O sea que cuando ejercía aquí hizo lo que hizo y ya casi nadie lo recuerda, salvo el que nació en una rivera del arauca vibrador, derrotado por el joven candidato tan nacionalista como el que nos ha ocupado.

Y acabo: aunque salga petróleo será malo para los canarios. Ya se le está haciendo daño al turismo. El tiempo dirá si estoy equivocado o no.

Cheche Dorta