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Tenerife 24 de Diciembre de 2014
La erupción de Fogo
ha lanzado a la atmósfera
más de 220.000 toneladas
de dióxido de azufre
Los resultados se han registrado durante el primer mes del proceso eruptivo gracias a la presencia de recursos humanos y técnicos del INVOLCAN en Cabo Verde.

Un equipo científico del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) se encuentra en Cabo Verde, a raíz de una petición de la Universidad de Cabo Verde (Uni-CV) al Cabildo Insular de Tenerife, con la finalidad de prestar asistencia científica y de colaborar con el personal de la UniCV en la gestión científica de la erupción que está teniendo lugar en la isla de Fogo desde el pasado 23 de noviembre. Entre los objetivos de esta misión se encuentra evaluar la evolución temporal de la emisión de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera a través del penacho volcánico generado por el actual proceso eruptivo en la Isla de Fogo.
Los resultados obtenidos reflejan que la cantidad de dióxido de azufre (SO2) arrojada a la atmósfera durante los primeros 30 días de la erupción se estima que sea superior a las 220.000 toneladas. De este cantidad de gas inyectado a la atmósfera se podría a su vez inferir la cantidad de magma expulsado a la superficie por la actual erupción de Fogo y esta podría estar, dependiendo del contenido de azufre (S) en las lavas, en el orden de los 35 – 40 millones de metros cúbicos.

El conocimiento y la monitorización diaria de la emisión de dióxido de azufre relacionado con una erupción en curso refleja el contenido de volátiles/gases del magma que está arrojando la erupción; además, los cambios en la emisión de dióxido de azufre se encuentran estrechamente relacionados con incrementos o disminuciones en la tasa de emisión de magma por el sistema volcánico.  Por lo tanto, es una herramienta de monitorización muy útil para la detección de cambios en la actividad volcánica.

Para evaluar y cuantificar estas emisiones a la atmósfera se utilizan sensores óptimos remotos tipo minDOAS en posición móvil terrestre (montados en vehículos) realizándose diariamente varios transectos de 15 a 20 kilómetros de longitud.   Además de conocer la concentración lineal (ppm.m) de SO2 que se registra con el sensor óptico remoto, se precisa conocer la velocidad y dirección del viento entre los 3.000 y 5.000 metros de altura. Este último dato es proporcionado diariamente por Roberto Quevedo, colaborador científico del INVOLCAN, una vez procesa los datos proporcionados por GFS NOAA.