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Arona 2 de Abril de 2014
Solar y francotiradores
Hola querido lector, espero que estés
bien. Cuando escribes debes ser consciente
de comentarios que podrás recibir, podrían
herir tu sensibilidad. Cada persona tiene una
educación personal y su forma de pensar. Si eres sincero, tu conciencia estará tranquila, pero no escaparás de escuchar opiniones contrarias a tus pensamientos con razones equivocadas o no equivocadas.

Llevo años escribiendo más de quinientas cartas, que son un buen número y han logrado enseñarme un poco más cómo somos. A veces reconozco coger unos berrinches y mi sangre hierve de forma negativa, sentir tristeza y dolor, porque algunos amigos y amigas, han sufrido con esos comentarios de francotiradores de palabras o anónimos, que disparan sus opiniones a ráfaga, descargando su ira, en esta gran plaza de lucha, a través de las palabras. Algunos pensaron que tenía acciones en este digital sur y por dicho motivo, no les dejaban soltar muchos comentarios y a saber qué pondrían para que la dirección decidiera no publicar. Tuve que suplicar a dicha dirección tuviera cuidado con algunos comentarios, especialmente personales, porque yo estoy preparado para soportar palabras mal sonantes a ráfaga, pero personas como mi hija de quince años o mi hijo de veintiocho años, sufrían y escupían insultos hacia esos francotiradores de palabras mal sonantes escondidos tras sus ventanas.
No deseo para nada conocer a ese tipo de personas anónimas, porque tienen que ser más amargados que yo mismo y no esconderé mi espacio de amarguras en el corazón y reconozco sentir impotencia a la hora de solucionar problemas estúpidos en esta sociedad cargada de ignorantes. Asuntos como el famoso solar, que vuelve a estar cargado de basura y el jardín estropeado y pregunto, ¿Vuelvo a luchar por el solar, que durante siete años estuve dando el coñazo? ¿Para qué? ¿Vale la pena? A mí personalmente si valió la pena y mucho, porque ahora estoy en el lugar de los acomodados, o rendidos, o cansados, o más inteligentes, o de aquellos que les importa una mierda nunca mejor dicho, los asuntos de la educación.

Ahora estoy pasando por fijarme más en mí y en mi gente y sobre todo, porque después de más de medio siglo de vida y con tanta información, descubres que las personas somos bichos egoístas, falsos y materialistas y estoy incluido en el saco de los ignorantes. Vivo rodeado de empresarios que curran al día veinticinco horas, por vicio de tener y tener y morirán teniendo mucho, ojalá. Luego sus hijos, podrán seguir o venderán y vivirán a su manera placentera, sin matarse para nada, porque al final, será para nada, porque no somos nada.

Estimado francotirador de la palabra, quiero despedirme pidiéndote un favor personal y social tal vez. Quiero hacerte una pregunta, ¿Sabes cómo arreglar los problemas del mundo? O más fácil aún, ¿Sabes cómo solucionar el problema de un solar que ha vuelto a cagarse después de siete años de lucha? Si sabes la solución, no quiero que escribas, quiero que la lleves a la práctica y por favor te pido, que no se te ocurra pedirme ayuda, porque mi tiempo de lucha en ese espacio terminó. Un abrazo y gracias por regalarme algo tan valioso, tu tiempo.

Juan Santana