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Arona 3 de Diciembre de 2014
Aquel 11 de Noviembre
de 1.991 (1ª Parte)
Un viernes 10 de noviembre de 1.991 Juan
Alvarado, Felipe Pulido y este que escribe
venimos diez días a Tenerife siendo la primera
vez que salía de Gran Canaria, donde he nacido,
donde me crié y en estos momentos estaba en Sardina del Sur. Juan, Felipe y yo, teníamos un grupo musical muy sencillo, dos guitarras y un bongó con algunas tocatas por diferentes lugares de la isla, pub, fiestas, conciertos benéficos y casi todas las noches nos reuníamos en la plaza del pueblo a echarnos algún canuto para descargar con canciones improvisadas y Felipe con su repertorio de Silvio Rodríguez que los sabía casi todos.

Llegamos a Tenerife y nos quedamos en Los Cristianos, en un apartahotel, Los Alisios frente a la Escuela de Idiomas. Esa noche primera salgo de cena con mi amigo de infancia Fernando López, director en el Hotel Udalla Park y nos fuimos a un restaurante donde los camareros eran gays y Fernando bromea con uno, diciéndole por qué me miraba con ojos de gacela, y hacíamos el papel de ser una pareja gay cenando enamorados.
Durante la cena pregunto a Fernando dónde podíamos ir que hubiera una orquesta de salsa en directo, porque era ilusión y nos fuimos al Melody cuando serían la una de madrugada aproximadamente, y nada más entrar observo al fondo cinco chicas sentadas y una chica con pelo rizado en forma de helecha fue el comienzo de un libro interesantísimo para la vida de muchos, especialmente mi vida. Como cualquier animal con sus instintos miraba a todos lados investigando si había algún hombre o algún macho o un varón, un novio, marido, pareja, alguien que interrumpiera la ilusión de saber quién es la chica del pelo rizado.

Bailamos, tomaríamos dos copas y cuando son las cinco de la madrugada observo que las chicas deciden irse del Melody y salgo fuera para esperar a la chica del pelo rizado. Salen y cuando está cerca le dije la primera pregunta que vino a mi mente, ¿Tu eres canaria? Respondió, si, ¿Por qué? Por saberlo nada más. Siguen caminando hacia el coche donde vinieron y acercándome dije otra gilipollada, “Tú valdrías para hacer publicidad de esta marca de coches”, pero ella no responde nada, sonríe. Entonces apresurándome digo a Fernando que quiero seguirlas y nos montamos en el Opel Corsa alquilado y mientras conducía Fernando preocupado decía, “Juan! ¿Y si vive en el norte de Tenerife?” y decía que me daba igual, porque quería saber quién era, donde vivía y salir con ella a cenar el sábado (es sábado) para conocerla, porque es muy especial. Fuimos tras ellas mientras iban dejando en sus respectivas casas a las cuatro chicas y ella conducía, hasta que todas estaban en sus casas siendo casi las seis de la madrugada del sábado.

Llegamos a casa de su madre y aparco el coche de alquiler y digo a Fernando que no baje del coche, porque quería bajar solo y así hice, ayudándole abrir la puerta del garaje mientras ella reía. La madre salió y preguntó, ¿Pasa algo?, ella respondió, ¡Nada mamá! Supliqué vernos ese sábado día 11 de Noviembre, día especial porque han muerto más de cinco amigos míos justamente este mismo día y mes en años anteriores y posteriores. Ella decía que no podía salir a cenar conmigo, porque había quedado con una familia hindú y estaba comprometida, pero sigo insistiendo porque el éxito está en la insistencia y perseverancia y sin perder la esperanza pedí su número de teléfono y ella accede a darme el fijo de su casa.

Cuando apunté el número le dije, ¿Me das el número de tu casa así porque si?, tengo esperanza de conocernos muy bien. Ella ríe respondiendo, ¡Tienes razón!, que loca estoy, pero ya está, ya lo tienes. Le dije que a la una de la tarde llamaría y cuando la llamé, ella dice que suspendió su cita con la familia hindú y decide verse conmigo. Le dije que viniera al apartahotel Los Alisios, que tenía una sorpresa especial y cuando llegó a las cinco de la tarde, subió con toda la confianza al tercer piso donde estábamos los tres amigos sin miedo alguno y la invito a sentarse cómoda y una vez sentada, dije a Felipe, ¡Cuando quieras!, y Felipe hace un concierto en directo con su guitarra clásica con los mejores temas de Silvio Rodríguez para ella sola, con las notas exactas, las melodías y casi la misma voz de Silvio con un alto nivel total donde gozamos de un momento inolvidable.

Luego nos fuimos los dos solos a cenar y a escuchar algo de jazz en el Casa Blanca, mientras hablamos y hablamos sin parar de nuestras vidas. Jamás imaginé toda la historia que vino después con esta mujer, que ignora totalmente el mundo de la música porque lleva otro rollo y sin embargo sorprende que es la fuente de inspiración de una canción en 1.999 (Higo pico flower), que volvió locos haciendo cantar y bailar a cientos de miles de personas, incluso todavía en estos tiempos y ella es totalmente ajena a este mundo de verdades y mentiras, sueños, emociones, ilusiones y negocio de oportunistas y busca vidas porque hay que comer,…… pero dejamos aquí esta historia, porque estoy cansado, muy cansado. Como siempre digo, les doy gracias por regalarme parte de vuestras vidas con vuestro tiempo, el tesoro más valioso y espero que vean interesante esta historia, una historia más entre las infinitas del planeta. Y si estoy equivocado en compartir todo esto, dentro de cien años tocamos el tema. Un abrazo.


Juan Santana