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Arona 7 de Enero de 2014
Los Reyes obligados
Tengo tantas cosas que me matan
en la vida que llenaría una libreta,
pero todos somos iguales con un
millón de defectos en la mochila
de la vida. Estuve en Gran Canaria
unos cuantos días en la zona donde
viví la infancia y sientes dolor con alegrías entremezcladas, donde el come coco es la leche cortada.
Intento salir de la realidad durante unos minutos a través del arte y decido llevarme a los amigos de mi hijo y a él para hacernos una sección de fotos haciendo el tonto en la orilla del mar, encima de unas piedras. Les explico que no deben reír, sino poner cara de chulo interesante, igual que hice cuando la fiesta de este periódico en navidades. Es una forma de trasladarte a otra dimensión durante unos minutos y les explico que el éxito llega cuando algunas personas miren, rían, insulten o simplemente quedan mirándonos como hacían.
No estoy a favor de esos que opinan que hablen mal, pero que hablen, porque no me da la gana que hablen mal de mí e intentaré salvaguardar mi orgullo y respeto hasta la muerte. Puedes fingir confianza estando recto, con la cabeza mirando al frente y sonriendo.
Simplemente sé amistoso. Cuando te hayas acostumbrado, la confianza vendrá sola. Los sentimientos profundos son aquellos que duelen o dan placer de una forma invisible e inexplicable y cuando ha pasado el tiempo, que es la verdadera riqueza, solo queda esperar el momento para abrazar y ser feliz, porque ese es el postre.
En un mundo donde por encima de todo está el dinero y el luchar por tener más, nos hemos convertido en una manada de ignorantes inconscientes y en muchos casos hemos perdido los verdaderos sentimientos de moralidad. Este año les pido a los reyes, rescatar esos momentos de gloria donde el material pasa a ser secundario, porque nos estamos pasando un huevo y parte del otro.
El otro día cuando observo que mi hija está enviando fotos de una mochila a una tía suya, para ver si es la que quiere en reyes, sentí tristeza mezclada con rabia, porque eso no son los reyes magos, esos son una mierda de reyes, pero mi hija no tiene culpa, así la han educado por ahora. Los reyes son sorpresas y si no te gusta el regalo te jeringas. Un abrazo a todos.
Juan Santana
