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Arona 8 de Noviembre de 2014
Póngase usted
en el lugar del alcalde
o de los morenos
Me río para no llorar y he reído como hacía
años que no reía. Hoy estoy feliz porque
sentí verdades como puños, pero primero
saludo a todos y especialmente al equipo de eldigitalsur, porque hace tiempo me dijeron que mis cartas les sorprendían, porque no sabían por donde iba a salir nunca y les confieso que yo tampoco.

Quiero compartir el suceso de la patera con los morenos que llegaron por la playa del sur de Gran Canaria, playa de seis kilómetros de arena y miles de empresarios, trabajadores y turistas felices. Cuando escucho la noticia en televisión canaria de la patera y escucho la decisión del alcalde de llevárselos con el camión de la basura, que suena horrible, ya que es mejor decir de la limpieza porque así suena con vaselina o anestesia, comienzo a reír a carcajadas y que Dios perdone si es pecado, pero confieso que es por no llorar, por rabia, tristeza, alegría, nervios, locura, alucinación, perplejidad, flipada, no sé.
Luego viene la respuesta que da el alcalde en la televisión de Paulino, cuando le preguntaron por qué tomó esa decisión de llevárselos con el camión y respondió con una pregunta segura y humilde, transparente, con mosqueo total, “¿Y qué quieren que haga?” y me hizo mucha gracia “a mí”, porque demostró que estaba hasta los mismísimos huevos de estar más de cinco horas pidiendo ayuda con este tema tan grave. Estamos hablando de un problema en punto de encuentro de miles y miles de personas currando para ganarse el pan, sin olvidar a los turistas, que se hartaban de hacer fotos para el remember. Justamente cuando estaba riendo como los locos, me trabo pensando que yo era una mala persona y decido llamar a dos amigos del alma, para compartir el suceso, pero también reían zorradamente, porque esto traerá cola y habrá juego de ping pong o de tenis culpándose unos a otros y los verdaderos culpables son los gobernantes que tenían que haber enviado desde hace semanas a todos los centros médicos, algo de material para estos casos y hablamos de trajes especiales, con sus respectivos guantes y alguna mínima información.

Nos hemos olvidado de que podrían venir terroristas, maleantes o quiénes sean, porque el miedo está en el ébola, que todavía nos queda la mala idea muy fresquita todavía. Termino la carta, recalcando que mis carcajadas eran de rabia, impotencia y sobre todo sorprendido, porque hacía años que no reía tanto y que tampoco me había sorprendido una noticia. Espero que haya reflexión total en muchos asuntos, comenzando por la seguridad de nuestras islas, porque este suceso demostró que estamos pasando de todo y de todos. Reflexionar sobre la sanidad, el turismo, los valores morales y luchar por intentar ser más educados por encima de todas las cosas. Gracias por regalarme parte de vuestro tiempo, el tesoro más valioso de nuestras vidas. Un saludo y un abrazo con amor a todos.

Juan Santana