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Arona 28 de Noviembre de 2014
Demasiadas noticias,
demasiadas palabras.
Pensamos muy poco
Hola querido lector. Espero que estés
bien en tu espacio. Demasiadas noticias, demasiados medios de comunicación, demasiadas lenguas moviéndose cada segundo, demasiadas palabras escritas y escuchadas entran por nuestros cerebros, donde cada persona según la educación recicla, mantiene o entran por los ojos o las orejas y sale por donde no vamos a escribir.

Las noticias tienen el grado de importancia según la persona, lugar y tiempo recibida, pero según mis creencias observo que todas tienen un final, perdiéndose en el espacio de la nada, igual que las mismas personas cuando mueren, son menos todavía que en vida. La sabiduría personal es parecida a los libros con sus páginas y llevan sus normas o sus obligaciones en las formas de actuar ante la vida.
Hablo mucho pero he aprendido a callar aunque haya sido un poco tarde, pero más vale tarde que nunca y podemos sacar ejemplos donde demostramos que guardar silencio, es mejor que perder el tiempo dos personas convencidas de sus pensamientos y sus razones con aquellos infinitos asuntos que muchas veces tratamos, discutimos, gritamos y al final cada uno sigue en su sitio. Un ejemplo es cuando escucho algunas personas hablar de Canarias Independiente o Canarias Libre y por más que escucho a dichas personas sigo sin comprender esta forma de pensar, porque tengo total convencimiento de ser una persona más en un planeta cargado de personas majaretas, vividores, colgados de cualquier forma, ya sea en las redes sociales o en cualquier calle de pueblos o ciudades.

También podemos hablar sobre la lucha de las prospecciones que han programado salir muchos barcos hacia la zona donde están trabajando, y por más que grite, insulte suavemente con palabras como “Ignorantes, egoístas u otras parecidas”, seguimos cada uno en su lugar. No logro comprender cómo van tantos barcos a luchar contra las prospecciones, cuando dichos barcos navegan con derivados del petróleo, pero también miento cuando dije que no comprendo, porque si comprendo esta historia y es que somos idiotas, egoístas y no pensamos en nadie ni en nada, aunque sea un día, simplemente un día.

Cada vez que pienso que en partes del planeta mueren inocentes en las guerras a causa de este oro negro, pienso en las personas que les da igual, porque bien saben parar en los surtidores o navegar, pero descubrimos que las personas que están sufriendo lejos o no vemos, nos suda el nabo.

Estas últimas cartas no llevan alegrías o tonterías, porque somos normales y las personas normales escribimos con amor al trabajo y cuando siempre hacemos el tonto, al final terminamos siendo tontos de verdad. Es como cuando las mentiras son repetidas más de diez veces, al final son verdades y todos estarán conmigo que los problemas de corrupciones y otros más graves como las guerras son asuntos normales, que tendrán su grado de importancia según donde estén y si están lejos, no duelen nada.

Resumiendo… cada uno come su marrón, su verde, su rojo o amarillo. Gracias por estar ahí leyendo mis tonterías con el grado de importancia que cada lector dará. Espero que aunque sea un poquito hagan reflexionar. Un abrazo y aprovechen los días, porque jamás volverán.

Juan Santana