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Canarias 24 de Mayo de 2014
Dermatólogos del HUC recuerdan
la importancia de la fotoprotección
El objetivo ha sido informar sobre la radiación electromagnética emitida por la luz solar, sus interacciones con la piel y los efectos perjudiciales y beneficiosos derivados de ésta.

La cultura del bronceado de los últimos tiempos ha sido uno de los factores que han influido en el aumento de cáncer de piel; otros son el envejecimiento de la población, la reducción de la capa de ozono, el aumento de las actividades al aire libre y los cambios en la forma de vestir.

El servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, ha ofrecido esta semana una charla Sol, piel y fotoprotección en el centro hospitalario para informar al personal sanitario sobre la radiación electromagnética emitida por la luz solar, sus interacciones con la piel y los efectos perjudiciales y beneficiosos derivados de ésta.
A corto plazo, las quemaduras solares y la exacerbación o inducción de fotodermatosis son los principales efectos adversos de una exposición solar incontrolada. A largo plazo, lo son la carcinogénesis y el fotoenvejecimiento cutáneo.

La Dra. Mª del Mar Pestana afirmó durante la ponencia, moderada por la Dra. Marta García, que "el 70% de las radiaciones se toman durante las primeras dos décadas de nuestra vida" y que las lámparas de bronceado artificial emiten tres veces más rayos uva que el sol de mediodía.

La dermatóloga hizo un repaso sobre los diferentes fototipos, que van desde al I al VI dependiendo del color de piel, cabello y ojos y la mayor o menor capacidad de broncearse y quemarse, así como sobre otros factores de riesgo que aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer cutáneo como el tabaquismo, la presencia de úlceras crónicas, tóxicos como el arsénico, infecciones crónicas por el virus del papiloma humano o el virus de la inmunodeficiencia humana y pacientes trasplantados que se encuentran inmunosuprimidos.

Habló también sobre las campañas de salud que alertan sobre el peligro de la exposición solar así como de los diferentes tipos de protección: biológica, física y química. La protección biológica es un tipo de protección endógena que, si bien no bloquea los rayos solares, intenta reparar el daño celular causados por estos. El bronceado, es un tipo de protección biológica que se produce ante un daño cutáneo con el fin de proporcionarnos capacidad fotoprotectora los individuos.

Entre los protectores físicos contamos con la capa de ozono, la niebla, polución, la ropa, sombreros o gafas. Los protectores solares que se aplican en la piel pertenecen a la fotoprotección química. De la correcta combinación de todos ellos se deriva una buena fotoprotección.

Para finalizar, la Dra. Pestana disertó sobre la Recomendación Europea de 2006 donde se aclararon conceptos y se estableció la clasificación de cuatro categorías en la fotoprotección (baja, media, alta y muy alta).

"A partir de un SPF (factor de protección) de 30, la capacidad de fotoprotección se incrementa poco, un 1% con respecto a un SPF60 y un 3% con respecto a uno de 90". , afirmó la Dra. Pestana durante la ponencia. Los estudios de fotoprotectores están hecho con una medida de 2 mg/cm2, por tanto "a partir de un SPF 30, exceptuando personas con otros problemas de piel, más importante que el número del SPF es aplicarse una buena cantidad".