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Sur 7 de Noviembre de 2014
El convento de Adeje cambia de nombre
y se eleva a la categoría de Monumento
Foto: Dux Garuti
El Gobierno de Canarias delimita las zonas arqueológicas de Aripe (Guía de Isora y el Camino de las Lajas (San Miguel de Abona).

El Gobierno de Canarias aprueba la delimitación de dos zonas arqueológicas en la isla de Tenerife, que cuentan con la protección de Bien de Interés Cultural, concretamente, la de Aripe, situada en Guía de Isora, y la del Camino de las Lajas, en San Miguel de Abona. Asimismo, se aprueba el decreto por el que se modifica la denominación y la categoría del Bien de Interés Cultural del exconvento de San Francisco, por el de antiguo convento Franciscano de Nª Señora de Guadalupe y San Pablo, con categoría de Monumento, en Adeje.

Del antiguo convento, fundado en 1679 por iniciativa del primer marqués de Adeje, Juan Bautista de Ponte y Pagés, sólo se conserva la iglesia conventual, conformada por una única nave. Tras la desamortización y la clausura del convento en 1835, el edificio conventual fue arruinándose progresivamente hasta acabar con su desaparición. La nueva construcción, en un lenguaje ecléctico propio de las primeras décadas del pasado siglo, se destinó a sede del Ayuntamiento. La iglesia constituye la única pieza arquitectónica del convento que ha llegado a nuestros días relativamente bien conservada, aunque durante la segunda mitad del siglo XIX y el XX tuvo usos tan dispares como el de cuartel, empaquetado de tomates o escuela de enseñanza media.

La delimitación se justifica por el hecho de abarcar la totalidad del entorno inmediato de la antigua iglesia conventual, por tratarse de un notable ejemplo de arquitectura religiosa en la isla de Tenerife. Con ella se pretende preservar el ambiente urbano más inmediato al inmueble frente a futuras afecciones derivadas de obras o transformaciones físicas del espacio que generen impactos directos perjudiciales al inmueble protegido o que dificulten la contemplación y estudio de los valores patrimoniales que dieron pie a su declaración.

Delimitación de las Zonas Arqueológicas de Las Lajas y Aripe
Las Lajas o de los Muertos; por el que se han transportado históricamente los difuntos de los pagos de Aldea Blanca y alrededores hasta el cementerio de San Miguel, en el sur de Tenerife, es una estación de seis paneles, en que coincide la presencia de canales de dimensiones variables, interpretada como receptáculos para el vertido ritual de líquidos, como la leche, o para recibir el agua de la lluvia, en el contexto de ceremonias destinadas a su demanda. La interpretación de este tipo de estaciones se ha vinculado a ritos propiciatorios de la lluvia o de la fertilidad, en general, en virtud de los cuales se celebrarían ceremonias de derramamiento de líquidos, tal y como dan testimonio las crónicas y documentos de la conquista, con carácter sacro de este camino tradicional en relación con el traslado de difuntos.

La delimitación del ámbito de protección se justifica por la necesidad de establecer un entorno que englobe la totalidad del Camino de Las Lajas, en su tramo de mayor interés patrimonial, junto con el terreno circundante entre los barrancos que delimitan el lomo, y que muestran un escaso grado de transformación y que sirve de soporte paisajístico y ambiental al bien patrimonial.

Por otra parte, la zona arqueológica de Aripe, en Guía de Isora, entre dos barrancos, está constituida por seis conjuntos de grabados, ejecutados mediante la incisión, de carácter figurativo, de excepcionalidad en la isla. Incluyen representaciones antropomorfas supuestos guerreros- y zoomorfas. La estación constituye uno de los conjuntos rupestres más notables de los conocidos en Tenerife, dada la presencia de representaciones figurativas, así como formas esquemáticas y geométricas acordes con las existentes en otras estaciones de la isla.

Las figuras antropomorfas y zoomorfas han sido emparentadas por R. de Balbín y A. Tejera (1983) con los denominados "guerreros líbicos", propios del arte rupestre sahariano, interpretando una posible vinculación a la Protohistoria africana, periodo con el que se relaciona el poblamiento antiguo de la isla.

La delimitación del ámbito de protección se justifica por la necesidad de preservar uno de los conjuntos rupestres más extraordinarios de los conocidos hasta ahora para Tenerife, debido a que incluye, con carácter excepcional, las únicas representaciones figurativas antropomorfas y zoomorfas descubiertas. Además de las representaciones en este yacimiento arqueológico existen otros elementos de interés etnográfico que complementan los valores patrimoniales del conjunto.

La delimitación tiene como objetivo garantizar la integridad, protección, conservación y disfrute público del entorno en el que se localiza el conjunto rupestre.