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Arona 13 de Enero de 2014
La corrupción frena
la Sociedad que pretendemos ser
Ya volvemos los españoles según el CIS a tener como
segunda preocupación la corrupción que impera en este
País, y que como se está observando a diario no cesa.

La corrupción es tal, que parece que no hay estamento, sea oficial o no, que no albergue algo de esta lacra que nos ha tocado vivir con una virulencia que parece que se ha hecho credo en nuestra forma social de aceptar que diferentes políticos en el poder actualmente, y otros que han estado en otras legislaturas y en otros Gobiernos de diferente color al actual, han estado incurriendo en una corrupción más que siniestra y demoledora para la ética y moral nacional, pero enormemente aplaudida por esos elencos de personajes que a sabiendas de lo que estaban robando tanto quedándose dinero público, era también aceptar sobornos, dinero en negro, comisionistas de la peor estofa y especuladores, que entre unos y otros han llevado a este País a estar en los peores momentos desde la Transición tanto en lo política como en lo económico.
Pero lo que enerva mas a la población, aquella que está pendiente de su trabajo, o mejor dicho de conservarlo, de salir de la quema social en la que vive, tratando de cumplir como puede con todos los compromisos que socialmente se adquieren, todos vemos con un descaro más que humillante para la población, como nadie da la cara, ni remotamente niega a admitir la pifia en la cual se ha metido. Es una ráfaga tan rápida que casi se llega a enterar el ciudadano de lo que han hecho o delinquido el interfecto en cuestión, hasta que algún tiempo después lo airea la prensa o sale a la palestra por ser un escándalo espectacular. En ese momento es cuando la opinión pública se pone en macha sobre ese elemento que ha entrado de lleno en la corrupción, pero vemos que en la mayoría de casos, se llega tarde, o bien ha prescrito el delito por lo que lo han demorado, o el ladrón tiene muchos poderes que le apadrinan, y contra eso se está demostrando que no se puede hacer nada.

No hay escarmientos, lo más espectacular es llevarse lo que se pueda del erario público, bien porque tengas cargo público o porque sirvas de intermediario para algún poderoso en el poder, sea político o financiero. Ahora mismo estamos en esa preocupación, los españoles en un 37,6% sobre lo que acucia a España en corrupción, son demasiadas cosas que han entrado sin resolverse para este año nuevo del 2014, que en compañía de lo que este año generará otros escándalos, se viene a convertir en una gran bola de problemas no solucionados, que se acaba por admitir de que nada pasa en este País y que admitimos, aunque sea a regañadientes, de que se van de rositas muchos que deberían de estar en Alcalá Meco.

Hay muchos casos gravísimos en donde la sociedad se exaspera por la forma y grado que esto está degenerando a peor sin que nadie vea un final. El caso Bárcenas, los ERE falsos de Andalucía, las facturas falsas andaluzas de la UGT, pufos acomodados en las salas judiciales por señoritos del sistema que campean a sus anchas, y esperando ese compás de espera que nos tiene a la expectación de lo que va a ver el caso Blesa.

Lo malo y chocante de toda esta bobina de impropios es que casi seguro que saldrán con el respaldo popular en las próximas Elecciones muchos de estos corruptos. Eludimos el qué dirán, es algo que está demás para todos, España es una sociedad gregaria, si estamos en colectividad nos encontramos seguros, no así cuando estamos solos.

Acabaremos votando como hemos dicho con la nariz tapada, por el tufo que sueltan algunas urnas al apoyar a tramposos estafadores corruptos, que vuelven a presentarse, ya que entre ellos existe esa adhesión inquebrantable al mando, así no darán entrada al que ellos creen como enemigos, porque lo que menos les importa de las otras siglas son los programas beneficiosos para el pueblo, simplemente "no es de los nuestros" y no tendrán nuestro apoyo político aunque sus programas sean espectaculares socialmente igual que sus transparencias políticas.

La madurez política sigue asomando como punto de referencia que no tenemos como una Sociedad Democrática que pretendemos ser.

Salvador Barnes
doropress@gmail.com