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Arona 19 de Junio de 2014
Una herencia “infumable”
Es increíble que hasta para esta efeméride tan especial,
la cual entrará en la Historia por propio derecho y siendo
un acto en el que todo el País cara a la galería nacional
e internacional acepta y da entrada a un nuevo Soberano, por abdicación de su padre el Rey, y que este le cede la corona y la Jefatura del Estado español haciendo que sea a partir de hoy Felipe VI, pues hasta para eso somos diferentes y no se cortan en dar la nota.

Hemos visto en diferentes momentos la entronización de otras Coronas también cedidas por una abdicación al primogénito (a), en países como Bélgica, Holanda y algunas Monarquías mas, que han tenido por norma imperante además siguiendo un protocolo muy marcado, que en la ceremonia de la Coronación estuviera la figura que ha reinado y que le pasa la Corona al nuevo Rey.
Pero aquí, en la singular España, a la ceremonia de la Coronación del nuevo
Rey no piensa asistir ni el Rey ni la Reina, haciéndose así un gran hueco en las Historias de las Monarquías reinantes de este Viejo Continente Europeo. ¿Motivo? La excusa que ha dado Juan Carlos diciendo que el no asistirá es “porque no quiere quitarle protagonismo al acto”, o así lo hemos querido entender, excusa que no se sostiene por lo rocambolesco que parece, cuando es El Rey el que le debe de dar esa entronización Real al heredero, pero vemos que no se ha querido que fuera así.

Se ha especulado toda clase de rumores por los “mentideros de la Villa” que han desatado toda clase de improvisaciones y desconcierto para los círculos de la Zarzuela, e incluso del ambiente de los monárquicos que son los que alimentan la idea y el rumor de que existe una dura desavenencia familiar, esto da lugar a pensar que Juan Carlos por estos motivos pusiera su cargo a disposición en esta abdicación en su hijo.

A todo esto le ha faltado transparencia, mejor visualización y hacer que el pueblo entendiera algo más si cabe este repentino adiós. Pero lo que en principio parecía un duro golpe a la Institución, en poco tiempo nos hemos dado cuenta que no ha sido así. Ha sido evidente esta abdicación para el Rey, para la Corona e incluso sin dudarlo para España. Pero seguimos ahondando y pidiendo que los españoles merecemos algo más de lo que nos tienen acostumbrados los cuatro ineptos del momento. Merecemos estar informados de todo este guirigay que se ha formado, tendrían que saber que están en donde están solo para servir al pueblo, son los servidores de toda una ciudadanía, y al pueblo le tienen el imperante motivo de informarle, no dejarlo a una mal entendida élite, que lo único que le importa es asegurarse el puesto y la nómina, y esto es totalmente infumable, aquí, y en Sebastopol. Esperemos que la novedad del nuevo Rey, traiga como mínimo el que pueda resolver los grandes problemas que le han dejado en herencia, que aunque sabemos que no es su competencia, y eso la tiene el Gobierno de España, al nuevo Rey le caerán encima los cascotes si no soluciona los embates segregacionistas de Cataluña y del País Vasco, esto urge, y por supuesto la aniquilación de la gran lacra que tiene España, la corrupción.

Salvador Barnes
doropress@gmail.com
Comentarios
ME ENCANTA EL REY Y AHORA ENTRA SU HIJO, EL HOMBRE MÁS EDUCADO DE ESPAÑA Y EL QUE MANTENDRÁ UN POCO DE PAZ EN CASO DE UNA MOVIDA CHUNGA, OJALÁ QUE NUNCA. ES UN ENCANTO FELIPE, ES UN ENCANTO. EL PLANETA SE QUEMA, Y LO SABES. TODAVÍA HUELO ESPERANZA, AQUÍ PODEMOS HABLAR, REÍR Y LLORAR.